Crónica del Madrid Tennis Open 2009
El año de la sed.
El año 2009 estaba siendo uno de los más lluviosos en décadas… hasta que llegó el Madrid Tennis Open. Ahí se cerraron los grifos y lo que empezó a caer del cielo dejó de ser agua para convertirse en auténtico fuego. Un calor de partir las piedras recibió a los sofocados participantes de todo el mundo que, ellos no lo sabían, iban a despedir las pistas de la Casa de Campo como recinto de celebración del torneo. “¡Son demasiado rápidas!” era la queja habitual. Además, el paso de los años no perdona, y el cambio se iba haciendo cada vez más necesario.
Las instalaciones no fueron las únicas que dijeron adiós. El equipo que puso en pie este torneo, Juanda, Omar, Gonzalo, decía adiós a la organización del mismo. A lo largo de los años se habían incorporado personas clave como Roberto Cánovas, Chema Burgos, Axier Uzkudun o Mariate Escalada que pensaban que ya habían pasado suficientes horas al teléfono, delante del ordenador o de reunión en reunión. Ahora les toca disfrutar y al resto agradecerles el esfuerzo de criar a lo que se nos ha convertido en auténtico mocetón: el Madrid Tennis Open.
De la edición del 2009 tengo bastantes imágenes en la cabeza. Entre ellas un partido tremendo entre un debutante, Pedro Alonso, y un “clásico” de la GLTA, el alemán Jochen Bildstein. Recuerdo como Jochen las volvió a pasar canutas contra Javi González y cómo la final se la ventiló en un ratito. Más o menos como José Bosch en el Open, que ganó sin perder un solo set. En el grupo B todos nos quedamos mirando un revés: el del ganador, Francoise Silvestre. Con lo menudo que es el muchacho y las piedras planas que mandaba.
No fueron esos exactamente los golpes que se vieron la final del grupo C. Ángel Bragado y Patrick Tang, que tantas veces han formado pareja de dobles, se citaron de nuevo en la pista, pero esta vez con la red de por medio. El feroz duelo de cortados lo ganó Patrick, auténtico ahijado de este torneo. Aunque hay más: Ángel Chávez o Thomas Kid son los primeros que se me vienen a la cabeza. ¿Y en el D? José Molina se lo llevó todo, en dobles y en individuales.
Muchos partidos para la poca agua que hubo. Un corte en el suministro (el “water supply” que decía Leonardo Lema) nos dejó a todos sin ducha y hasta sin wáteres. Una noticia poco amable en cualquier circunstancia y un auténtico dolor cuando el calor llega a los 35 grados. Aún así, el ritmo de la competición nunca bajó. Que se lo digan a Martin Husk y Radu Ion que jugaron un partido a 100.000 amperios de intensidad hasta las diez de la noche del sábado. O a todos esos héroes que tuvieron que saltar a la pista a las tres de la tarde. ¡Y muchos de ellos han vuelto!
¿Y las chicas? María José ganó el Open, casi como estaba escrito en el guión. Ana Fresno se llevó el B y también mixto del A junto a Pedro Alonso. De la armada italiana fue Sara Gasparro la que rascó el título de los mixtos C junto a Patrick Tang mientras que en individuales fue Marleen Versaen, la belga entre 7 italianas de un grupo de 8 mujeres, la que se alzó con el título.
Por supuesto, hay otra crónica más que escribir: la de todo aquello que pasó fuera de las pistas, más o menos cerca de ellas, o más o menos lejos. En el registro, en las comidas, en la cena, en la fiesta o en la Gran Vía a las seis de la mañana.
Dejo la puerta abierta a algún voluntario para que con gracia y salero nos la cuente.
Ahora procede que, entre todos, escribamos la crónica del MTO 10. Eso sí, esta vez a la sombra y con piscina. |
